Page 48

REVISTA DE INGENIERÍA 45 / Enero-Junio 2017

46 Raúl Torres Trujillo | Revista de Ingeniería, nº 45, 2017, pp. 40-51 través del componente denominado Ventana para el Desarrollo Local, VDL), es decir, en las necesidades productivas de los agentes rurales; apoyo a las organizaciones de mantenimiento vial, y apoyo a los líderes locales formales e informales de toda naturaleza. Rápidamente quedó claro que la disposición de caminos vecinales era una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo local y regional, y que se debería impulsar al menos las cuatro clases de actividades mencionadas. Primero, apoyo en el funcionamiento de las municipalidades provinciales, puesto que los IVP usaban las variadas capacidades existentes en ellas en todo el ciclo de los proyectos, principalmente la administración (adquisiciones, contabilidad y tesorería), oficina de control, relaciones públicas, etc. La mejora en las capacidades de computación y comunicaciones de las municipalidades fue un ámbito común de trabajo, así como capacitación en temas de proyectos y presupuesto. Segundo, apoyo al desarrollo rural en actividades distintas a las del transporte con el componente del proyecto llamado Ventana para el Desarrollo Local, VDL, con el cual se financió la incorporación de especies mejoradas y nuevos cultivos a la agricultura, la crianza de animales, la acuicultura y la pesca, la producción de pequeñas agroindustrias, y la prestación de variados servicios, desde transporte hasta alojamiento. Estas actividades se ejecutaron en asociación con ONGs de larga presencia en el campo, otros programas del Gobierno Nacional y la activa participación de las municipalidades distritales y provinciales. Se tiene documentada la inversión en alrededor de mil proyectos, muchos muy exitosos, que culminaron, por ejemplo, con la exportación de nuevos productos en algunas regiones, como la granadilla en la Sierra de Huánuco, o la recuperación de la explotación de algunos recursos, como en el Lago El Sauce, llamado también la Laguna Azul, Tarapoto, San Martín, en la selva noreste del país. Para este último, antes de la intervención, el viaje (unos 38 Km) hasta la capital del departamento, el principal mercado, demoraba una 8 horas, debiendo cruzar el río en una balsa cautiva por falta de puente (400 metros), requiriendo vehículos frigoríficos, fuera del alcance de los campesinos. Luego de la rehabilitación, el viaje se Laguna Azul, Tarapoto. Fuente: Flickr, Bruno Girin.


REVISTA DE INGENIERÍA 45 / Enero-Junio 2017
To see the actual publication please follow the link above