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REVISTA DE INGENIERÍA 45 / Enero-Junio 2017

90 Luis Fernando Andrade | Revista de Ingeniería, nº 45, 2017, pp. 88-92 se ha destinado mucho dinero, se han planteado un sinnúmero de posibles soluciones, pero los resultados no se ven por ninguna parte. Yo diría que, en términos generales, el desafío pasa por dos vertientes: la primera, sin ninguna duda, es tecnológica, y en ese sentido es muy bueno que estemos aquí, en la Universidad de los Andes, analizando el problema desde donde debería hacerse, es decir, desde la ingeniería. En Colombia hemos pecado de simplistas y hemos ignorado el uso de tecnologías que se han usado en África, Asia y otros países de Suramérica, con las cuales se ha mejorado considerablemente la calidad de las vías terciarias. Incluso hemos ignorado tecnologías que no son nuevas, como el Suelo Cemento o la cal, que se han utilizado durante muchísimo tiempo, mientras que aquí nos hemos limitado simplemente al uso de soluciones en afirmado. En ese sentido ha habido un cambio de mentalidad muy importante en el último año: en los Ministerios (Transporte y Posconflicto), el INVIAS, La ANI y las universidades volvimos a poner sobre la mesa la importancia de normativizar estas tecnologías y utilizarlas de una forma más inteligente y eficiente. La segunda vertiente es la organización, y para esto me remito a una historia que me contó un amigo sobre la infraestructura de los Incas (el doctor Raúl Torres, nuestro invitado peruano, después nos dirá si es verdadera o no): un historiador inglés que estuvo en el Perú a finales de los años 1600 estaba escribiendo sobre la colonia y lo que pasaba allí en esos convulsos años. En un determinado momento, mientras hacía su trabajo de campo, vio cómo una carroza con colonos de origen español, que cruzaba por uno de los muchos puentes colgantes construidos por los Incas, se fue al vacío al colapsar el puente y todos murieron. El historiador, asombrado por lo sucedido, comenzó a indagar las razones por las que la estructura se había ido abajo. Su conclusión fue la siguiente: en el antiguo imperio Inca, a los ciudadanos se les asignaban las tareas del mantenimiento de puentes y vías, y era motivo de orgullo para cada aldea que esa infraestructura, que los comunicaba con otras partes del Imperio, estuviera siempre en buen estado y no hubieran accidentes. Pero cuando llegaron los colonos, se dejó de hacer mantenimiento y poco a poco todas las estructuras, incluido aquel puente, empezaron a dañarse y cobrar víctimas. Vías terciarias de Antioquia. Fuente: INVÍAS.


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