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REVISTA DE INGENIERÍA 44 / Enero-Junio 2016

34 Carlos F. Sánchez | Revista de Ingeniería, nº 44, 2016, pp. 28-35 Ellas también funcionan como alertas tempranas lo que permite minimizar el costo de una intervención, a su vez permiten tener la información actualizada primera mano no sólo del estado de su malla vial, sino también de su entorno. Al ser las responsables y directamente beneficiadas de usufructuar este bien público, al sistema se le facilita una mayor eficiencia y eficacia. Al contar con una extensa red proveída a lo largo de la geografía, se necesita entonces una institucionalidad descentralizada que promueva un mayor protagonismo de las comunidades. Una institución que contribuya y asista a las regiones al avalar proyectos que cumplan los requerimientos técnicos, legales, financieros y ambientales que los proyectos demanden. Además, que ésta misma centralice la información vial de red terciaria que envían los territorios. Contar con una institucionalidad de éstas características fortalece y complementa la participación de las comunidades, asimismo logra centralizar y llevar un recuento del estado vial actualizado con cada encargo de intervención que presentarían las comunidades. Asimismo, una institución participativa permitirá a las comunidades del posconflicto acercarse y ser partícipes de la institucionalidad. Conclusión El rol de la infraestructura de transporte es el rol dar oportunidades. Las consecuencias del conflicto armado ha recaído en el área rural y ha sumado a generaciones de familias en la pobreza y la victimización. A ellas no solamente les ha tocado vivir entre la escasez y el conflicto, sino que se han visto en la obligación de tomar decisiones inverosímiles como dejar de parir para acabar con los círculos de la pobreza. El reclutamiento forzado, la mortalidad infantil, la deserción escolar, incluso el embarazo adolescente y en general la pobreza son causados parcialmente por la ausencia de inversión en servicios públicos y privados que en regiones aisladas no llegan por los altísimos costos de transporte, sumado al riesgo latente del conflicto armado. Del posacuerdo llega el posconflicto y con él, sin los costos del conflicto, una oportunidad para el Estado de invertir en territorios abandonados. La intervención de red terciaria es primordial, pues invertir en carreteras significa permitir inversiones en salud, educación, seguridad, asistencia técnica y apoyar a que los hogares reasignen más eficientemente sus recursos pues las rehabilitaciones viales aliviaron sus limitaciones y ampliaron sus oportunidades. Vías del tren, Barrancabermeja, Santander. Fotografía: Alejandro Gómez, Comunicaciones y Marca-ELCA, Uniandes.


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