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REVISTA DE INGENIERÍA 44 / Enero-Junio 2016

30 FARC imposibilitaban la intervención vial por parte de los ingenieros militares, relata el artículo de la revista, pues les interesaba mantener el aislamiento y la pobreza para controlar y explotar el territorio, donde la minería ilegal y el narcotráfico eran sus principales fuentes de riqueza (SEMANA, 2015). A Barbacoas solo se puede llegar de dos formas: la primera es en lancha desde Tumaco, recorrido que toma unas siete horas, o tomando la carretera desde Junín, en un trayecto que puede tardar hasta 20 horas. Así como este municipio nariñense, en Colombia hay muchos otros donde la presencia de grupos armados ilegales impide el acceso de la institucionalidad, perjudicando únicamente a los civiles. La conectividad y la articulación son retos del posconflicto. Esto solo se logra rehabilitando redes terciarias en los municipios y corregimientos donde el conflicto armado ha sido inminente. Para mostrar la relación que tiene la infraestructura de transporte con el conflicto armado, presento a continuación una estimación cuadrática que explica la relación a nivel municipal entre la densidad vial municipal y la incidencia del conflicto armado. La densidad vial se entiende como la disponibilidad de kilómetros de carretera por kilómetro cuadrado, que en el ejercicio se expresa como la extensión de kilómetros de red terciaria a nivel municipal, por 10 kilómetros cuadrados del área rural. Por otra parte, se utiliza el Índice de Incidencia del Conflicto Armado (IICA) para medir la presencia de violencia presente en el municipio. Este se entiende como las deviaciones estándar del promedio estandarizado anual, donde entre más desviaciones se aleje del promedio, el municipio se presenta como más violento. Dado que la inversión en infraestructura de transporte ha sido constante durante varios años y el IICA consolida las dinámicas del conflicto durante de 11 años, lo expresado en los gráficos 1 y 2 muestra una relación que ha permanecido a lo largo del tiempo. Esta relación se evalúa para 1,101 municipios, donde se muestra que a mayor densidad vial, menor es la incidencia del conflicto (ver gráfico 1). Naturalmente, mejores carreteras traen consigo mejor articulación y provisión de bienes y servicios públicos y privados. Las vías son pro-eficiencia y permiten redistribuir de manera más eficiente los recursos a nivel de hogar (Sánchez, 2016). Asimismo, el impacto adicional que trae una vía rehabilitada es menor en regiones ya articuladas que en regiones totalmente aisladas. Es decir, el beneficio que le trae una rehabilitación vial a una familia en Barbacoas, Nariño, no es equivalente al beneficio que le trae a un hogar que reside en Salento, Quindío. Es bastante mayor. La relación entre densidad vial e IICA muestra que un aumento en densidad vial tiene una relación negativa con la incidencia, pero esta relación pierde magnitud en los municipios más densos (ver gráfico 1). Es decir, municipios con baja incidencia del conflicto tienen mayor variación en los niveles de densidad vial, respecto a los municipios que presentan altos niveles de violencia, donde la mayoría de ellos tienen menores niveles de densidad (ver Gráfico 2). Aunque estas comparaciones solo prueban relaciones y no pretenden explicar causalidad, sí deben generar interés en la realización y ejecución de políticas públicas en el posconflicto. Gráficos 1 y 2: La relación entre conflicto armado y densidad vial Carlos F. Sánchez | Revista de Ingeniería, nº 44, 2016, pp. 28-35


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