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Sol de la Guajira, potencial recurso natural para el departamento
El proyecto de bombeo de
agua desarrollado por CCEP
buscó introducir y consolidar
tecnologías de sencilla
operación y mantenimiento al
alcance de las comunidades.
Universidad de los Andes, Bogotá D.C., Colombia.
Para comunidades más pequeñas y pozos
preferentemente menores a 20 metros de profundidad,
se adaptaron bombas de lazo con operación dual,
manual o por bicicleta estacionaria (“bici-bombas”).
Una de las comunidades beneficiarias de este proyecto
es la ranchería Kasumana, una población ubicada al norte
del departamento y que hace parte del gran resguardo
indígena de la Alta y Media Guajira.
Los efectos del cambio climático
Durante la última década, La Guajira ha registrado periodos
de sequía mucho más largos de los acostumbrados.
El departamento incluso pasó de tener lluvias en tres
periodos al año, a no registrar precipitaciones por casi 36
meses, debido principalmente a fenómenos climáticos
como El Niño. De hecho, de acuerdo con el Plan de
Desarrollo 2016 -2019 de la Gobernación de La Guajira, El
Niño ha provocado, además, la reducción de las corrientes
de agua que alimentan los pozos artesanales, la extinción
de reservorios, la muerte de animales, y la pérdida de los
cultivos; lo que ha generado un bajo consumo de alimentos
y un incremento de la desnutrición y la mortalidad entre la
población más vulnerable.
La fuerte y prolongada sequía de los últimos años ha
generado que sus habitantes tengan que desplazarse
hacia otros territorios para abastecerse del recurso
hídrico, dificultando aún más sus condiciones
socioeconómicas. Patricia García, líder de la ranchería
Kasumana y rectora del Centro Etnoeductivo Rural
Indígena Kasumana, quien participó durante el panel
‘Tecnologías para energización rural sostenible’
realizado en el marco del Foro de la Revista de Ingeniería
‘Energía para un nuevo país rural’, manifiestó que la
gente de su comunidad y de otras poblaciones vecinas
tenía que desplazarse, junto con sus animales, más de
10 kilómetros para acceder a escasos 20 litros de agua,
luego de hacer enormes filas, situación que los obligó a
buscar nuevas alternativas de abastecimiento.
“Empezamos a tocar puertas para encontrar una solución a
nuestra problemática, tarea que no fue nada fácil teniendo
en cuenta que nuestra población, en particular, no hace
parte de la zona de influencia de la operación del Cerrejón,
lo que dificulta que se destinen recursos para subsidiar
proyectos de este tipo”, señaló García.
Sin embargo, el tesón de esta líder indígena permitió que
el CCEP incluyera a Kasumana entre los beneficiarios