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actividades productivas compatibles con los planes de
manejo de las zonas protegidas o de sus zonas aledañas
de amortiguación.
Por tratarse de asentamientos, muchas veces aislados
de las redes eléctricas, alejados en la geografía
rural del país, las soluciones energéticas apropiadas
deben responder a criterios ambientales, culturales,
tecnológicos y económicos, entre otros.
En la medida en que la solución se integre adecuadamente
al ordenamiento y uso del área protegida o aledaña, a la
cultura de la comunidad y al entorno, tendrá una mayor
aceptación y un mayor factor de éxito y de sostenibilidad
en el tiempo.
Se debe procurar que la solución energética contribuya,
igualmente, a promover soluciones de sustento
económico para aquellas comunidades que se dedican
(o podrían dedicarse) a actividades como el ecoturismo,
el aprovechamiento y uso sostenible de recursos de
la biodiversidad, la agricultura o cría sostenible de
animales, agroforestería, piscicultura, acuicultura, pesca
artesanal, manufactura de artesanías, entre otras.
En este sentido, las normas y permisos requeridos
para estas soluciones energéticas y de sustento en
áreas protegidas y en zonas de amortiguación aledañas
deben flexibilizarse de tal manera que no incentiven
su ocupación o transformación negativa sino, por el
contrario, que contribuyan a brindar una mejor calidad
de vida a quienes las habitan, a la vez que se protege el
medio ambiente. De esta forma, se disminuirá la presión
para obtener recursos naturales como madera para
cocinar u otros recursos para la economía de sustento
a partir de la tala de la vegetación o de la extracción de
elementos de la biodiversidad de manera insostenible.
Un ejemplo del manejo especial de la energía en áreas
protegidas lo tiene Parques Nacionales de Colombia,
que ha venido identificando los requerimientos
energéticos de las sedes administrativas, al igual que
para actividades como el ecoturismo comunitario y para
las necesidades de comunidades étnicas (indígenas
y afrodescendientes) y campesinas asentadas en los
parques desde antes de su declaratoria, así como de
este mismo tipo de comunidades asentadas en áreas de
amortiguación aledañas a los parques nacionales.
Planes de Energización Rural Sostenible (PERS)
Desde el 2012, el Gobierno Nacional viene adelantando
los Planes de Energización Rural Sostenible (PERS) que
buscan identificar el potencial y la demanda energética
de zonas con índice de ruralidad superior al 40%, con
el objetivo de identificar los posibles proyectos de
generación de energía que se podrían desarrollar en
estos territorios, y otras iniciativas productivas que se
apalancarían de estas fuentes de energización.
De acuerdo con el documento “Guía para elaboración de
un Plan de Energización Rural Sostenible” de la Unidad
de Planeación Minero-Energética, UPME, los PERS son
una iniciativa desarrollada por la UPME, con el apoyo del
Programa de Energía Limpia para Colombia de USAID,
los cuales tienen la finalidad de recolectar y analizar
información socioeconómica y energética en las áreas
rurales e impulsar iniciativas que permitan el desarrollo
de proyectos encaminados a la solución de problemáticas
energéticas en estos sectores.
Los Planes de Energización Rural Sostenible -PERS-
son el resultado de un esquema de trabajo regional e
interinstitucional que tiene como propósito unir esfuerzos
en la búsqueda del fortalecimiento de las regiones y la
descentralización del conocimiento, con el liderazgo, en lo
posible, de la academia. Los PERS buscan, de una manera
gradual y segura, garantizar la sostenibilidad de los
proyectos, en procura de elevar el nivel de calidad de vida
de los habitantes de estas zonas y sobre todo impulsar
su desarrollo local, estableciendo lineamientos de política
energética local que brinden una hoja de ruta a cada
región en particular.
El principal objetivo de los PERS es “identificar las
necesidades de energía en las localidades rurales del
departamento o región” indica la UPME en su guía.
Esto se logra a partir de la recopilación de información
con la que se cuente desde el lado de la demanda y del
suministro actual de energía (información secundaria), de
identificar las fuentes energéticas locales aprovechables
(información de oferta energética), de caracterizar la
demanda de energía rural (encuestas y base de datos), de
estructurar y elaborar proyectos integrales y sostenibles
en el corto, mediano y largo plazo con horizonte de 15
años (banco de proyectos) y de proponer una estrategia
de política pública energética aplicable que permita
ligar energía con productividad, desarrollo empresarial
comunitario e incrementar la calidad de vida de las
regiones más apartadas (Lineamientos de Politica).
Al presente (primer) semestre de 2019, el proyecto ha
desarrollado PERS para los departamentos de La Guajira,
Tolima, Nariño, Chocó, Cundinamarca, Norte de Santander,
Cesar, Putumayo y para la región de la Orinoquia que
incluye a Arauca, Meta, Casanare y Vichada.