14 47
Adicionalmente, el estudio asociado de la evolución de
síntomas y los datos climáticos locales permite generar
modelos dinámicos de las enfermedades y plagas.
Nuevamente, la ubicación de la información en servicios
de Internet abre la posibilidad al establecimiento de
estrategias conjuntas de control preventivo y curativo
en amplias zonas de monocultivo. De ello también
existe experiencia en el mundo, constituyendo la base
de los servicios oficiales de alerta fitosanitaria en
cultivos herbáceos o leñosos.
El segundo gran ámbito de empleo de los sensores
en la sanidad de cultivos es el del ajuste de la dosis al
zonas de bajo vigor reciben una dosis netamente inferior
a las de alto vigor. En el caso estudiado, un 24 %. Sin
embargo, tanto la disposición de producto fitosanitario
sobre el objetivo como la eficacia del tratamiento se han
mantenido al mismo nivel que el alcanzado en las zonas
de alto vigor (Román y Planas, 2018).
También es posible la aplicación variable de
fitosanitarios a partir de la información procedente
de sensores asociada con los modernos sistemas de
navegación GNSS (Global Navigation Satellite System) y
vigor de la vegetación a tratar (variable application rate,
VAR). El objetivo no es otro que reducir sensiblemente
las cantidades de producto consumidas.
Las recientes experiencias de control del ácaro amarillo
del viñedo, Eotetranychus carpini, plaga muy frecuente
en diferentes regiones vitícolas, ofrecen resultados
muy prometedores. Los trabajos han consistido en la
delimitación previa de las zonas a tratar según clases
de vigor (alto y bajo) (Figura 3).
Cada clase de vigor es tratada a una dosis proporcional
a la superficie foliar (índice de área foliar, LAI). Así, las
con los actuales equipos de tratamientos de inyección
directa (Pohl et al. 2017). En parcelas de cultivo de bajo
porte (cereales, forrajes, hortícolas), mediante esta
implementación, se adecúan las dosis con una resolución
de 5 a 50 m2. En un futuro no lejano, es previsible que se
alcancen resoluciones inferiores a 1 m2 y, de esta forma,
se dosifique casi a nivel de planta (Been et al., 2014).
En la Figura 4 se esquematizan las diferentes etapas
que intervienen en los tratamientos de precisión
mencionados.
Figura 3. Mapa expresando
dos clases de vigor a partir
del índice PCD (1) y mapa
adaptado a la aplicación de
dosis zonal (2). Las zonas
de alto vigor se expresan en
azul y las de bajo vigor en
rojo. La imagen corresponde
a un viñedo de más de 60
ha de superficie ubicado en
Raïmat, España (Román y
Planas, 2018).
1 2