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Enfoque | Catastro en las regiones: el caso de Dibulla, La Guajira
Bienvenido Mejía Brito en su
intervención durante el foro
Catastro en la construcción
de paz.
Fuente: Oficina de
Posicionamiento, Universidad
de los Andes.
Universidad de los Andes, Bogotá D.C., Colombia.
el que no estaban preparados desde el punto de vista
predial. La llegada de nuevos inversores ha incrementado
drásticamente los precios de la tierra (especialmente
en el corregimiento de Palomino), generando serios
conflictos por el uso y ocupación de la tierra y mínimos
beneficios para las finanzas públicas municipales.
A todo esto se suma que el porcentaje de informalidad
alcanza el 94 %, según cifras de la Agencia Nacional
de Tierras, y que el catastro en el municipio está aún
más desactualizado que en el resto del país. Sobre esto
último, Mejía Brito explicó que “la última actualización
se hizo en 2009, e incluso ésta no obedecía a la realidad
del municipio en ese momento. Casi una década
después, la situación está más complicada. A manera de
ejemplo: hay casos de predios que pagan 15.000 pesos
de impuesto predial, pero se venden por un precio 100 o
200 veces mayor”.
“Las dificultades que tiene Dibulla se han acrecentado
últimamente por esa informalidad y desactualización
tan arraigadas. Imaginen el caso de un propietario
en Palomino que tiene una finca, la ha subdividido en
predios pequeños, en lotes. Entonces, de un solo dueño
pasamos a 15 o 20 propietarios, los cuales no aparecen
en el registro catastral. Así está todo el municipio, y
así es muy difícil administrar y recaudar”, sintetizó el
funcionario.
El catastro es sumamente importante para la
financiación de los municipios. Dibulla no es la
excepción, todo lo contario: los recursos que podrían
conseguir con esta herramienta servirían para
emprender los proyectos de saneamiento básico
que tanto apremian en las comunidades. “El valor
del catastro en el municipio es de $ 2.800 millones
de pesos, pero al año se recaudan tan solo $ 600
millones por impuesto predial; esas diferencias
astronómicas son las que hay que tratar de reducir.
Dibulla resolvería todos sus problemas de servicios
y de inversión con un catastro multipropósito
utilizado de la forma adecuada”, argumentó el
alcalde.
Además, el catastro es fundamental para el
ordenamiento territorial. Concretamente, este
proyecto hace parte del compromiso planteado
en el punto uno del acuerdo final para terminar el
conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC). Entonces no es exagerado decir
que su buen desarrollo es estratégico por donde se le
mire, para implementar y consolidar políticas de paz.
Por todo ello, Mejía concluyó que habrá que
replantear la ejecución de una segunda etapa del
proyecto en Dibulla si sus sugerencias no son
tomadas en cuenta: “hay que redefinir la forma
en que, en adelante, se van a ejecutar ese tipo de
actividades en el municipio, para ver si finalmente
podemos contar con una herramienta catastral que
nos sirva. Si vamos a trabajar, hagámoslo, pero de
forma articulada”.