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El catastro en la encrucijada | Salomón Kalmanovitz
Universidad de los Andes, Bogotá D.C., Colombia.
En estas circunstancias, el catastro es fundamental
para guiar el desarrollo territorial, lo cual enfrenta
enormes desafíos: gran parte del territorio en las zonas
de frontera y conflicto no está formado, mientras la
mitad de los predios rurales está desactualizado entre
diez y veinte años. Las experiencias de las grandes
ciudades y algunos territorios como Antioquía, que han
recurrido a sus propios catastros, muestra la viabilidad
de la descentralización para emprender y mantener
sistemas que proveen información y dan lugar a
recaudos de impuestos prediales justos y actualizados.
Los mandatarios de estos municipios tienen el incentivo
de aumentar el rendimiento de los impuestos y por ello
acercan el valor catastral al valor de mercado de los
predios, viviendas, bodegas, oficinas, fábricas y otros
negocios. No obstante, la mayor parte de los municipios
del país no cuenta con fondos para invertir en sus
catastros y por lo tanto deben encontrarse fórmulas
de reducir su costo y otorgar subsidios para que logren
formarlo y actualizarlo.
Por lo tanto, la propuesta del DNP impulsa la
descentralización, autonomía y control del territorio
por los entes municipales y departamentales, para que
sus catastros les permitan adelantar políticas de salud,
educación, saneamiento básico e infraestructura. Se
calcula que por cada peso que se invierte en el catastro
se pueden recaudar 2,5 pesos de impuesto predial.
Un segundo aspecto es mantener una regulación
adecuada del catastro, con una separación de funciones
de operación y control que mantenga estándares,
metodologías e índices y que adelante la supervisión y
ejecución de la actualización permanente de los predios,
con las mismas reglas para todos.
Según el Departamento Nacional de Planeación, el
monopolio actual es contraproducente porque no
integra el catastro con el registro, no puede identificar
adecuadamente los predios ni arroja información sobre
el uso económico de los mismos y no ofrece las medidas
físicas que permitan elaborar y registrar las escrituras,
lo cual debilita la seguridad jurídica de la propiedad. En
esta entrega de la Revista de Ingeniería los técnicos
del DNP han preparado un interesante ensayo titulado
“El catastro como instrumento para el desarrollo
territorial”, que plantea a profundidad los dilemas en
que se encuentra la economía colombiana en torno
al mejor uso de sus recursos naturales y al logro de
mejoras en su productividad, que pasan por construir un
catastro multipropósito que cumpla con varios objetivos
no solo como instrumento fiscal, sino también como
herramienta de desarrollo territorial.
La doctora Mathilde Molendijk, administradora regional
para América Latina de la Agencia de Catastro, Registro
de tierras y mapas de Holanda, Kadaster, planteó en
su intervención lo crucial que era contar con seguridad
jurídica para todos los propietarios del país, seguridad
que se garantiza con un buen catastro, un simultáneo
registro de los predios y un mapeo preciso del territorio
nacional. Esta es una tarea fundamental del sector
público y debe ser autosostenible. Para países en vías
de desarrollo, la doctora Molendijk recomienda aplicar
nuevas tecnologías a la construcción del catastro que
debe ser lo más sencillo posible, con los atributos
mínimos requeridos y hacerse en el menor tiempo,
recurriendo a la participación de los ciudadanos, con lo
cual el costo por predio puede ser reducido de US$ 1.000
a solo US$ 35. La gente requiere seguridad jurídica de su
propiedad claramente delimitada, con lo cual podrá ser
sujeta de crédito, hacer inversiones y mejoras en sus
unidades de producción y vencer el miedo que atenaza
a los que tienen uso de tierras pero carecen de pruebas
de propiedad.
Para este número de la Revista de Ingeniería, la doctora
Molendijk preparó su artículo “Métodos alternativos
para una rápida y efectiva administración de la tierra
en escenarios de construcción de paz”, donde expande
esas ideas básicas que son relevantes para un país
con un Estado relativamente débil y que cuenta
con recursos económicos limitados. Ella describe la
necesidad de encontrar soluciones “apropiadas para el
propósito” (fit for purpose) en la administración de la
tierra, tal como se experimentó en dos proyectos piloto
en áreas de Colombia, resultado de la colaboración