EDITORIAL

Dentro de las múltiples facetas destacables de Alberto Sarria Molina, queremos resaltar su permanente interés por la divulgación del conocimiento en ingeniería, buscando llevar fuera de los linderos de la Universidad los proyectos y las investigaciones que en ella se realizaban. Igualmente, traía al interior de la Universidad, como un insumo básico de la formación, los hechos más destacados o controvertibles de lo que sucedía en la ingeniería nacional. Uno de los primeros ejemplos formales de esta actividad fue la realización en los años ochenta de una serie de foros de ingeniería, con los cuales buscaba dar un debate académico a las crecientes preocupaciones de la ingeniería de consulta y de construcción. Para ello, logró traer a la Facultad a los principales actores, tanto del sector privado como del gobierno. Eran épocas de mucha maquina de escribir y muy poco procesador de palabra y, sin embargo, se lograron publicar memorias en las que él, además de ser el organizador, hacía también de diagramador y de editor de estilo.

Posteriormente, vino la Revista de ingeniería, para la cual, la figura de Alberto Sarria fue fundamental en todo momento. En su Decanatura, y bajo la dirección de José Rafael Toro, en 1991, se creó la Revista con el objetivo de sacar a la luz pública los resultados de los proyectos de asesoría y de investigación que se realizaban en los departamentos, no solo para darle visibilidad a la Facultad, sino para crear la cultura de la divulgación del conocimiento dentro de los profesores de Ingeniería. En 1994, José Rafael Toro se retiró de la Vicedecanatura para asumir la Vicerrectoría de la Universidad y, Alberto, convencido de la importancia de este proyecto, asumió la dirección de la Revista de manera simultánea con la Decanatura de la Facultad. Después de su retiro como decano, en 1997, continuó con la dirección de la Revista mientras dirigía otro de esos proyectos visionarios que él impulsaba permanentemente: el Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico, CITEC, con el cual, quería dar un paso más hacia la generación y la difusión del conocimiento en ingeniería, llevando hasta el centro mismo del sector industrial, en la zona de Puente Aranda, los servicios de la Facultad, con sus investigadores y sus laboratorios.

Después de su retiro de la Universidad, encontró en los medios electrónicos una forma para continuar su labor divulgativa, por lo que mantuvo un blog sobre energía geotérmica http://baseloadgeoenergyblog.com/ y una participación muy activa en twitter. De igual forma, fue un colaborador permanente de la Revista, como consejero, evaluador y fuente de información hasta unos pocos días antes de su fallecimiento. Sus conocimientos, su invaluable experiencia, su crítica desprevenida y su admirable memoria nos permitieron avanzar y mantener los objetivos, cada día más exigentes, de la Revista.

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Facultad de Ingeniería - 2019

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